domingo, 23 de diciembre de 2012

El closet expuesto




No entiendo por qué las mujeres teniendo sus prendas tan ordenadas y clasificadas, no terminan de elegir qué ponerse. Sostengo la hipótesis de que las más propensas a llegar tarde a sus jornadas laborales son las más bonitas, y precisamente aquellas que tienen que enfrentar estas minucias a la hora de vestirse.


Yo, hablando de los hombres, soy ordenado y  a la vez desordenado. No tengo un ropero, para empezar; pero trato de llevar la fiesta en paz con mis prendas. Las que son para trabajar, las que son de casa, las que son para dormir, para hacer deporte, para ir a Lima, para salir por ahí y para realizar labores en casa. Cuando se mezclan, generalmente una vez al mes; ahí comienza la chamba y de paso el inventario.

Al Trabajo, sin más demoras



El sentido de la responsabilidad muchas veces nos termina por desorientar. Nos agarra de sorpresa como una ola. La muerte en ese sentido se parece mucho a la responsabilidad. Porque cuando pensamos tanto en ella, nos desconectamos y de pronto el mundo nos parece un juego. Hasta que de pronto chocan a tu ómnibus, por detrás y una salta como una liebre luego del susto de un tigre.


Y de pronto tu espalda comienza a irritarse y emerge una pequeñísima franja de dolor. Los demás pasajeros salen, el chofer y el cobrador maldiciendo su mala suerte. Y uno con prisa por salir de ese escenario y tomar otro bus, porque el trabajo espera. Y al diablo el dolor y los médicos legistas.

¿Qué le pasó a Danna?



El Web 2.0 no solamente nos está conectando con el mundo, sino que su sola presencia y aplicación, nos hace suponer que las personas importantes ya no existen y que todos salimos del mismo saco.


Mi querida Danna García y sus tuits pintorescos y humanos, no nos aleja de esa realidad de que somos tan alcanzables sin necesidad del maquillaje y de estar ante cámaras. Mi querida Danna que está perdiendo su esplendor, tan sólo porque quiere resumir  su emotividad en 14o caracteres, cuando la Emotividad significa ella misma.

Eli no, Elizabeth



 Tuvieron que pasar más de ocho años, para que pudiera deleitarme con la atención ganada por una bella e inteligente mujer. Una mirada circunspecta cubierta de miel, un severo gesto pero cercano a la dulzura. Pues bien hace tiempo yo no imaginaba lograr este tipo de cosas. Elizabeth Perez del Solar, fue bien clara.

Elizabeth por favor, (cuando me dirigí a ella como Eli). No estoy en ese bloque, disculpa (luego de que hablara como un minuto queriendo saber si llevaba Gerencia I, con un profesor que iba a dar las fijas para el examen). Aprendí mucho de esta chica, sin que sea necesariamente mi amiga.

Apropósito de Los Mayas



 En estos tiempos centroamericanos, las personas andan sacrificando su tiempo, en vez  (felizmente) de personas. Percibo con fe, la vera que sigue la gestión de estado, hay empleo, hay gente risueña y con familia que gana menos de mil soles. Hay optimismo.

Los mayas nos pudieron cambiar el rumbo de una posición universal. Esta piedrita en medio de las rocas estelares del universo, se ha metido en ese zapato llamado azar con tanta determinación, que yo sigo escribiendo estas líneas, mientras que otro termina de consumir su gratificación, tan sólo para agregar seis cervezas, para las rondas que le corresponda.


Siempre me ocultan algo al final




En esencia soy alegre. Agarro confianza rápido con quienes me siento bien. A muchos hombres no les es difícil sonreír, para cuando se dirigen a mí. Hasta ahí todo chévere.

Pero que algunos porque ya conversan conmigo, desde una postura circunstancial de líder o coordinador, y que luego de notar su desempeño y nivel de influencia en mí, sigan con sus poses y sus indiscreciones; eso se ve mal y para nada trato de llevar las cosas por la vía amistosa. Así de simple.

El Dandy



De seductor y sociable, puedo ser tan nulo como espontáneo; según mi estado de ánimo. No hay nada de extraño cuando hablo con una mujer, mi voz no cambia o quizás yo no siento que cambia; pero aún así ya el resto cree que me interesan o que me traigo algo con ellas.


Pero no me explico porque tiene que ser esto con todas las más agraciadas. Si es que me siguen la corriente, si es que responden a mí sin ninguna intención de por medio, no es justo que por ellas me sobrevengan este tipo de atribuciones de Dandy o seductor; pero algo hay que hacer al respecto.

Nohelí Inconclusa




Con este título, no quiero suponer que la desolación de mi no encuentro con Nohelí tuvo repercusiones recientes para con mis mascotas. Por el momento tengo un gato llamado Salmón y sigo con el diario que ya está por terminarse.

Ocurre que cuando perdí a Simba, a raíz de su penosa caída del tragaluz, me di un tiempo con esto de las mascotas, dedicándome  más a las tareas contemplativas de televisión y juegos por el oratorio. Pero como decía un salsero muy popular en aquel entonces, el cariño es como una flor; así que pronto me vi involucrado en afectos con una nueva mascota, un gato rubio al que bauticé como Shathram; de quien me apropié cuando lo ví desorientado cerca a una acequia.

Santiago



 Tío (abuelo) Santiago, era una persona de risas, bromas y optimismo. A diferencia del tío Jose Santos, una persona totalmente reflexiva, el hermano de mi mami Lupe era muy excéntrico. Hacía de su historia personal una experiencia de humor y complicidad única.

Pero como todo ser lleno de vida y bondad, tuvo que partir a la casa del Señor inesperadamente, aunque en un régimen de orden y amor con su familia. Algo que puedo rescatar, sin duda por la unión y el férreo sentir de la superación. El tío que nunca al parecer vivió sufrido. Descansa en paz, risueño Santiago.

La Bajadita


 Todos crecemos, maduramos; nos hacemos hombrecitos por los tan comentados misterios hormonales. Comenzamos a mirar a las chicas. Eso es normal.

Pero que un par de jocosos compañeros de promo, se proporcionen placer luego del descenso del bus por la vía de acceso al campo deportivo; eso sí que está completamente fuera de lugar.